martes, 13 de octubre de 2009

¿A qué nos hubiéramos dedicado los mendocinos hace 500 años?

Ante la inseguridad y la humillación cívica por parte de los K, muchos mendocinos 30 y pico Special multiplicado por 2 apelan al pasado para recordarnos que alguna vez las cosas funcionaron bien en Mendoza.

Leyendo el fascículo 2 de “Historia de Mendoza para chicos y no tan chicos”, que publica UNO los miércoles y domingo, el siguiente párrafo me hizo parar la pelota a la hora de analizar si todo pasado fue mejor: “El reparto de indígenas y tierras entre los primeros pobladores posibilitó el desarrollo agrícola de Mendoza, donde inicialmente se cultivaba trigo, cebada y vides. En las huertas de las casas crecían verduras y árboles frutales y en sus corrales se criaban gallinas y cerdos, para el consumo familiar”.

El texto no aclara dónde se compraban los fósforos para prender la fogata y asar el chancho y el pollo. Tampoco dice dónde vendían el helado de dulce de leche granizado. ¿Acaso en esa época se podía fabricar helado, aunque sea durante las dos semanas más frías del invierno?

Seguro, me lo imaginaba: el problema no era la ausencia de cerveza fría, sino que directamente no existía allí cerveza. Ni siquiera habían heladeras. A brindar con aguardiente se ha dicho.

Primera pregunta: ¿a qué se dedicarían en la Mendoza colonial los que hoy son heladeros, cerveceros, fabricantes de fósforos?

Ese texto dice que los vinos y otras bebidas “se guardaban vasijas, botijas y tinajas de barro cocido”. También que los indígenas pehuenches comerciaban mantas y telas. Conclusión: a los artesanos de hoy no les habría ido tan mal en aquellos tiempos. A los músicos folcloristas, tampoco, y mucho menos a las profesoras de baile, que podrían haber enseñado y expuestos toda clase de danzas indígenas y flamenco from España en “Talento argentino” versión 1562.

“Los productores de Mendoza vendían vino, aguardiente, pasas y frutas secas a las ciudades del norte y del Litoral. A Chile se enviaba yerba mate y ganado vacuno, comprado en las pampas. Los comerciantes aprovechaban el viaje de vuelta para traer madera, azúcar, tabaco, sebo, grasa y cobre, y productos de Europa como papel, ropa, seda, hilos, encajes y esclavos negros originarios de África”.

¿Vos hoy te ves haciendo algo de esto? A un egresado del Universitario Central, fanático de Phil Collins y Alcohol Etílico, ni ahí. Ahora te pongo el caso de tres amigos:

Marcos trabaja en un pozo petrolero cerca de El Carrizal y Sergio, un misionero radicado en Mendoza, instala caños de gas y de agua de Industrias Plásticas Saladillo. ¿En que habrían estado? ¿Haciendo pozos de aguas y construyendo acequias y canales de riesgo, respectivamente? Peor es el caso de Mariano, que hizo la carrera de abogacía en una estatal. En 1562 tenía que hacer esa carrera en España. ¿Cómo hubiera sido? Un mes y medio para ir de Mendoza a Buenos Aires. Tres meses para cruzar el Atlántico y llegar a España. Cinco años para estudiar allí y cuatro meses y medio para regresar a Mendoza. ¿Vos te creés que eso lo podría haber hecho un tipo de clase media, como es mi amigo Mariano? Y peor sería el caso de un técnico que hace un par de semanas nos enseñó a periodistas del diario a cómo posicionar nuestras noticias en Google. Nombró muchas veces al robot de búsqueda. ¿Qué huevada podría haber posicionado este excelente profesional hace 500 años?

Los que hoy trabajan en ONGs seguramente en la Mendoza colonial, su mejor salida laboral habría sido hacerse cura jesuita y evangelizar en la selvas de Chaco y Misiones. Allí podrían haber ayudado a miles. Ahora que nombro esa zona se me viene a la cabeza el español que "descubrió" las cataratas del Iguazú, Alvar Núñez Cabeza de Vaca: con ese nombre en esas circunstancias te habrías ganado el derecho automático de presidir la Sociedad Rural, Coniagro y hasta la Mesa de Enlace. Pero, ¿qué gobernante de esa época se habría puesto en contra del campo, cuando esto último era lo único que generaba trabajo y guita en Mendoza y el país?

Mar del Plata recién empezó a ser algo cuando llegó el ferrocarril allí en 1886. Entonces, ¿adónde habrías ido a veranear en los años 1560 en adelante? Si, como dije recién, el viaje de Mendoza a Buenos Aires tardaba un mes y medio, y de allí calculale unos 20 ó 25 días para descender hasta Mar del Plata, prácticamente el viaje de ida y vuelta sin estadía eran cuatro meses y medio. Así, para ir de vacaciones a Mar del Plata tenías que juntar las vacaciones no tomadas de 20 años de laburo seguido. Como las expectativas de vidas no eran muy elevadas como hoy, te habrías muerto en la mitad de esta cuenta. Y si se optaba ir a las playas chilenas, bueno, un poco mejor: 8 días para llegar hasta Santiago, calculale 2 más para aterrizar en Valparaíso o Viña del Mar y otros 10 días más para volver. Es decir, si tenías 15 días de vacaciones terminabas destinando 20 días sólo a los viajes. Conclusión: nada de playa ni de minones tomando daikiri a la hora de la puesta del sol en el Pacífico, ni mucho menos bailar en el célebre boliche Topsi, de Reñaca. Ni siquiera existía la opción de ir al Carrizal ni mucho menos, al lago del Parque, por ausencia de todo lo nombrado.

Me imagino que no te quedaba otra más que laburar o sumarte al Ejército para frenar los malones de ranqueles en el sur provincial, que dejaban vacíos de ganados los fuertes y tiendas. En ese caso, ¿por qué no armar una bandita de cumbias con los ranqueles? Sin dudas que habría sido una forma menos violenta de robar.

Lo veo a J.P. Inzirillo, el diseñador multimedia de DiarioUno.com.ar, que también es bajista de una banda heavy metal. ¿en qué habría andado en aquellos tiempos? No quiero ir muy lejos, pero ¿qué era el diseño en esa época?

Sin dudas que laburo había porque o te bancaba el comercio o el ejército. Pero, ¿lo ves a un administrador de bases de datos Oracle llevándole su CV a Pedro del Castillo? “Seguí participando” habría sido su respuesta, antes de reenviarlo al corral a alimentar los caballos de la tropa española.

Un odontólogo de hoy seguramente estaría lleno de laburo, pero al mostrarle cómo sus herramientas de trabajo asusta a sus pacientes, el fundador de Mendoza, sin pensarla dos veces, lo pondría al frente de sus tropas.

Te imaginás vos, como alumno de una escuela pública, llegando a tu casa e informándole a tu viejo que el papá y la mamá de un compañerito huarpe “acaban de ser vendidos y enviados a Chile como esclavo”. ¿Acaso los de Ciencias Políticas de hoy habrían hecho un piquete en el Acceso Sur de aquella época para impedir que trafiquen a los humildes y habilidosos huarpes?

Pero seamos más realistas, ¿a qué se habrían dedicado en aquel entonces los hoy revoltosos estudiantes de Ciencias Políticas?

Y las preguntas siguen.

Conclusión: digamos que no está mal la vida de hoy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y mejor no hablemos de los que hoy son los "asesores" del gobierno y empresas