miércoles, 21 de octubre de 2009

Genoma del mendocino en un baño


Es una forma de saber cómo somos. Va a sonar extremista, así que sirve tomarlo con humor y con final abierto.

Los japoneses lograron salir de la pobreza y la ruina en el 45 con políticas acertadas y una forma japonesa de ser acertada. Chile logró bajar la pobreza el 30% en sus últimos 20 años. Noruega, donde es común padecer 30 grados bajo cero, es el país con mejor desarrollo humano y calidad de vida del mundo: allí las muertes en las rutas bajaron el 50% en los últimos 25 años (acertaste: ¡ese gran problema que tenemos en Mendoza otros lo solucionaron, qué bueno saberlo!).

Todo ésto reflejado en la parábola de los talentos, que contó Jesús, sería así: el dueño de la estancia le dio a Japón 10 talentos y Japón le devolvió 20; Chile recibió 5 talentos y luego devolvió 10, y a Noruega le dieron 3 talentos y devolvió como 30. Aplausos, diría el Jose. Pero el telón se baja cuando el patrón entrega un solo talento a otro hombre. Y éste, en vez de trabajarlo e invertirlo -como los otros- decide enterrarlo en la tierra y luego devolvérselo a su jefe. Más vale que lo menos que le dijo este último fue vago y tacaño, porque no sacó provecho de sus cualidades y beneficios de la vida (en fin, esa es el mensaje final de esa parábola).  ¿Acaso este último obrero no sería....el argentino?

Demostrémoslo, entonces

Lo que hace el mendocino con su talento define muy bien el ADN del mismo. Y vamos al siguiente ejemplo, que viví este último fin de semana, en uno de los baños de Palmares Open Mall.

Entré apurado, como cualquier hombre que apunta a depositar sus necesidades con IVA más intereses, sobre todo después de cenar una picada en Bizarro. El baño, muy limpio y amplio (como nuestra provincia y nuestro país). Unos cinco boxes o como se llame el espacio para realizar todas las operaciones bancarias/sanitarias. Elijo el primero. Abro la puerta: inodoro completito y limpito, pero sin papel higiénico. "¡Fuck you!", sollozan mis entrañas. Cerramos puerta y abrimos el de al lado: inodoro sin tapa, medio sucio, pero con papel higiénico. "Bué, vamos al otro, entonces", replica mi intimidad, con la esperanza de hallar el "cajero automático" completo. Abro y cierro rápidamente el tercero: inodoro sin tirar la cadena desde hace años, recontratapado, sin cubierta ni asiento en la taza, pero con bastante papel higiénico. Queda el penúltimo y luego el box VIP, el más amplio, para quienes andan con sillas de ruedas.

Vamos al penúltimo. ¡Por fin, todo perfecto! Esteee... un problema, y grave: habían presionado el botón de la cadena hasta el fondo, del modo que ese inodoro ya no podría librar más agua hasta la próxima visita del plomero. Y no estaba para entrar a Cinemak a la pesca de uno que quisiera hacer horas extra. Punto muerto. Cambio. Primera. Vamos al inodoro-suite.

"¿Qué pasa si cae un hombre en silla de ruedas acá?", me recontramilveces pregunté, aunque cierto, con palabras más cortas, rudas y gallegas. Se ve que es el inodoro más deseado por todos y por ende, el más menospreciado. Cerré la puertita del box VIP, regreso al segundo y me llevo el papel higiénico al primero. Es lo que habría hecho cualquiera. Ingreso la contraseña en el cajero y en los siguientes 30 segundos de depósito, parálisis y reflexión proyecto el libreto de esta historia.

Talento enterrado

Así como en Mendoza hay hermosos baños ingeniosamente corrompidos por los mismos mendocinos -no todos, pero seguro que a más de uno que está leyendo ésto se siente tocado y con ganas de putearme- lo mismo pasa con la Selección argentina: los mejores técnicos de nuestro país dirigen otras selecciones y los que pueden ayudar a Maradona no lo hacen porque el mismo Diego les cortó las piernas. El único futbolista argentino que emboca un gol de tiro libre y no se equivoca en los pases está peleado con el DT y no juega en la Selección.

¿A qué conclusión llegás si metés la historia del baño y de la Selección en la coctelera de los talentos? Así como es probable que los baños de Noruega, Japón y Chile sean mejor cuidados por sus usuarios y los mejores futbolistas de esos países jueguen en sus respectivas selecciones, los mendocinos y argentinos celebramos nuestra creatividad componiendo un hermoso tango de lo superhéroes que nos sentimos enterrando nuestros talentos.

El final abierto al que me refería al principio de este post es el siguiente: solucionar todo ésto no depende del Gobierno, por suerte (mientras sigamos siendo libres).

1 comentario:

Anónimo dijo...

se podrían decir muchas cosas más si nos ponemos a hilar fino...