lunes, 16 de marzo de 2009

Lo mejor vs lo peor de nosotros

A lo largo de estos días volví a experimentar una cuenta pendiente de los mendocinos que hace mucho decidí enterrar: la mentalidad de los prejuicios.

En realidad no quiero profundizar nuevamente sobre este tema, sino tirar una idea más general que puede servir quizá de puntapié inicial para comprender el por qué muchos mendocinos son prejuiciosos.

Anteriormente había contados de mis cuatro años de vivencia en Buenos Aires sobre la ausencia de prejuicios por parte de ellos en lo que hace al trato persona a persona, no así cuando se trata de ítems más generales, como el decir "yo, mendocino" (para ellos, "vos shileno") o "Argentina, potencia" (o lo que se puede interpretar como "Latinoamérica somos nosotros, Brasil y el Machu Pichu, loco").

Hace un tiempo leí una nota en el que David Lebón explicaba por qué se fue de Mendoza: decía que él siempre fue abierto a los mendocinos, pero los mendocinos tienen algo que nunca lo voy a terminar de entender. Paradójicamente, los mendocinos entendemos qué significa ésto y a la vez, lo aborrecemos y también lo alimentamos, a esta altura creo, ya sin darnos cuenta.

Esto se entiende así (vayamos al grano, Mario, que el motor del coche ya se asentó): la voluntad (del mendocino) de buscar lo mejor de vos contra la voluntad de buscar lo peor de vos.

Quizá será porque cuando uno sale de la provincia y del país se siente más distendido y abierto, pero estando afuera de Mendoza (y mucho más si es fuera del país) encontré a personas con quien te has relacionado sólo horas o escasos días, pero que ahí nomás te das cuenta de que esperan sentirse bien con vos y ellos buscan agradarte. Así, por ejemplo, un porteño espera la oportunidad de decirte todo lo bueno que vos tenés y las cosas buenas que podés explotar en la vida partiendo de la base de tus talentos y cualidades. De igual modo con un latino que reside en un pueblo universitario de Estados Unidos, un chileno o un brasilero. Uno se sienta a charlar con ellos -ya sea el mozo del café o del pub, o la dueña del drugstore de la playa, la barra donde hacen la caipirinha, o el educado conserje del hotel- y te das cuenta de que su sentido crítico lo utilizan sólo para informarte cosas interesantes, o bien, para orientarte con algo que ellos saben muy bien que a vos te hace falta. Lo importante aquí es la sensación que causa en la persona (en este caso, en el mendocino visitante).

Por alguna razón que aún no sé - ¿será esa huevada de que las montañas nos hacen cerrados?-, aquí pareciera que los prejuicios tienen absoluta libertad para convertirse en absolutos juicios críticos, en general, muy en contra de la otra persona. Si existe admiración (o prejuicio positivo) seguramente lo será porque vos sos "el hermano de" alguien con muy buena reputación o porque sos "de muy buena familia", que en general significa algo así como "familia de buena posición económica y de buenos valores". Pero a la hora de mostrar tu alma y encontrarte que sos un 50 por ciento una mezcla de Charly García, Jim Morrison y Peter Capussoto, y otro 50% de toda la gama de reputación positiva que pueda existir -en síntesis, alguien que sólo escribe con su propia letra- pareciera que aún sigue asustando.

A la vez, ese prejuicio sigue cuando te juntás con personas con quien compartís ese 50 por ciento bohemio y creativo, notás que ellos siempre tendrán un odio o rechazo a todo lo que sea tradicional o conservador "porque sí", entonces también te sentís desplazado (o discriminado) porque vos no podés ocultar ese otro 50 por ciento "de conservador bueno" que tenés.

El resultado final: una sociedad enfrentada y dividida por sólo prejuicios. Consecuencia en la vida real: pocas posibilidades de triunfar y de encontrar tu lugar por la eterna distancia que habrá por el eterno cerco que rodean tu honestidad brutal. En síntesis: o sos un rockero abortista consumista de sexo libre y drogas, que aborrece a quienes imponen límites, o sos el conservador que aún usa pantalones grises que pican la piel y que son fervientes antiabortistas con cara de perro. Pero nunca algo que rescate lo mejor de los dos: un amante de la vida, de Dios, del amor y de la creatividad y el talento.

Cuando encontrás a alguien que busca lo mejor de vos, inmediatamente te cae la ficha de que se trata de una persona madura, que no se quedó en la mediocridad y que no habla de más. Todo esto dice mucho: educación, integridad afectiva, ganas de relacionarse, virtuoso (por pensar en el otro más que en sí mismo), ausente de resentimientos y a la vez, práctico y ejecutivo. 

¿Si esto será así por siempre? No creo. Mendoza ya no es un pueblito, como hace 25 años. Ahora estamos en el camino intermedio entre gran ciudad y pueblo. Una época de transformación y adaptación. Y quizá el punto de partida de todo este proceso sea el cambiar un poco la mentalidad: si vamos a ser una provincia "grande", tenemos que pensar "en grande".  Para ello es clave empezar a valorar lo positivo de las personas, porque todos somos actores en esta obra.

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Somos prejuiciosos por naturaleza, eso no creo que pueda cambiarse. Nacho

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo, por eso yo cuando me mude a Miami me senti liberada especialmente de todos esos prejuicios q son los q reflejan q si, definitivamente nos quedamos en la historia...imaginate, yo divorciada siendo la unica hija casada y siendo la mayor, me habia convertido en la liberal de la familia por haber dejado a un marido vago, sucio y golpeador.
Ensima cuando llamaba las primeras veces desde USA lo primero q me contaban eran los chismes del barrio! a quien carajo le importaba si el hijo de la vecina se habia adoptado 5 perros cuando no podian mantenerse ni ellos, q la hija de tal consumia drogas y eso es lo q se decia por ahi, nada q alguien la hubiera visto pero si, era obvio q los chismes eran ciertos, por q? porq se vestia todo de negro y se pintaba con colores sombrios, cantaba musica en ingles y le gustaba tener amigos varones....q???? si eso...
como si ahora siguieramos con las reglas de los jardines de infantes, las nenas con las nenas, los nenes con los nenes...
Aggggg!!!! a mi diganme lo q quieran yo alla no vuelvo!!!!!!