martes, 29 de julio de 2008

En defensa del Opus

Debido ( y no De Vido) (cortala, Mario) a la nota Una polémica novela sobre el Opus Dei escrita por un conocedor, quería brindar un comentario sobre este tema, basado en la experiencia de conocer bien la Obra (así también, la llaman) en Mendoza y Buenos Aires.

En la Facultad nos enseñaron que el periodismo construye la realidad, lo que significa que es una realidad hecha en base a los hechos que son considerados como noticia. Por ejemplo, una clase de catecismo visitando a las familias de La Favorita (algo que solía hacer con los del Opus en Mendoza) no es noticia, pero sí lo es un cura que cometió una pedofilia. Podríamos así ennumerar más hechos que por ser simplementes hechos normales (como una tarde con acciones solidarias de Conín o Cáritas) en sí no son noticias. El resultado de este superclásico noticia vs no es noticia es lo que termina siendo la realidad construida de una determinada entidad. En el caso de este ejemplo, la Iglesia Católica. En síntesis, nunca encontraremos noticias de las cosas buena que hace la Iglesia porque simplemente no son noticia y por ello estas buenas acciones nunca encontrarán un lugar en la realidad construida que sirva para desequilibrar el prejuicio que la opinión pública tiene de la Iglesia.

Todo este palabrerío sólo para indicar que el Opus tiene una imagen negativa en quienes no lo conocen, producto de lo que al periodismo le ha interesado publicar sobre esa Prelatura Personal. La nota que publicamos hoy en el diario es un ejemplo y aunque parezca contradictorio, es natural que sea así: no somos autores materiales de los prejuicios que se hace la gente, pero es entendible que muchas veces no ayudamos a reflejar lo que un movimiento realmente es, simplemente por este criterio de definir lo que es noticia. ¿Y por qué no es noticia toda la labor solidaria que hace el Opus Dei de Mendoza en La Favorita y Colonia Segovia, por ejemplo? Porque los periodistas sabemos que si publicamos una noticia así vos ni ningún otro lector lo van a leer, porque en caso contrario nos dedicaríamos a hacer periodismo de investigación de las cosas buena que hace la Iglesia, te lo aseguro.

En mi opinión, el periodismo aún no encontró la llave creativa que permita construir una buena noticia con éxito. Nos gusta lo que es comentable, polémico, trascendente y curioso. Y creo que a vos y al resto de los lectores, también.

Mi experiencia en el Opus

Empecé a ir en el 84 y dejé en 1992.

A los 15 empecé a ir a la residencia El Carrizal (calle Gutiérrez) y un año después, a los Portones (Quinta Sección). En estos días, después de conocer otros movimientos católicos como Focolares y Carismáticos, reconozco que en el Opus tuve la oportunidad de formarme y de encontrar respuestas que años después le reclamé a la vida (en especial, cuando tuve crisis).

Algo de lo que cuestiona el artículo es que "el castigo físico se utiliza como inhibidor y sustituto del deseo sexual". Yo no conocí castigo físico ni mucho menos como inhibidor y sustito del deseo sexual. Para serte sincero, todo lo contrario. Allí aprendí -como parte de la formación que me dieron- el valor de la pureza en Dios y en consecuencia, en los hombres y mujeres. Durante esos años lo que más deseaba era amar a una mujer, porque en el fondo estaba conociendo el Amor de Dios.

Te cuento que me casé virgen a los 36 años. Vos dirás "sonamos, este tipo era un reprimido, como me esperaba". Mi respuesta es que a partir de conocer el valor de la pureza mi deseo más grande -y que más me motivaba sexualmente- era entrar de lleno en el Amor a una mujer. Que sea primero amor y luego sexo, para decirlo en criollo. No fue fácil aguantar hasta los 36 pero cuando me casé con mi mujer y tuve mi primera experiencia sexual, lo que más sentí fue que soy dueño de una mujer y esa mujer es dueño de un hombre, y que por suerte no tengo que reclamarle al pasado que entierre recuerdos "de la intimidad" que pudieran obstaculizar la exclusividad y entrega máxima que siento ahora. Y otra cosa más, que parece mentira porque nunca fue un sentimiento que anhelé, pero me di cuenta de que es ese sentimiento es el que constituye el mayor deseo: la paz, como sentimiento. Al Opus le debo el que haya perseverado en esta decisión que tomé cuando tenía 15 años: que el mayor amor de mi vida sea con la mujer a quien elija para toda la vida. Por otra parte siempre me sentí más libre al no tener que depender de algo para ser yo mismo.

Después, en otro post, hablaré más de este tema porque reconozcamos que hoy nadie lo hace y hay quienes quisieran saber más de este tipo de opción.

La nota también afirma que el protagonista de esta historia advirtió que "la conciencia no es algo personal, sino un elemento supervisado por otros".

Me cuesta encontrar un momento así en mi experiencia como asistente a las reuniones de la Obra (nunca fui miembro, aunque sí lo son o lo han sido hermanos y primos). Puedo intuir que se trata de los ejercicios espirituales llamado "Plan de Vida", que consiste en anotar -como los diabéticos anotamos las mediciones de glucosa- si tal día cumpliste con el plan, que consiste -no recuerdo bien cómo era, pero más o menos así- en ir a Misa, rezar el Rosario, rezar el Angelus,... En fin, pienso que al acudir al confesionario o a la charla con el director espiritual (el cura), ese papelito servía para corroborar que las cosas anduvieran bien y si no era así, atacar la dificultad (pereza, falta de voluntad, desánimo, etc) que pudiera dificultar el concretar esa parte del Plan de Vida. Por lo que ven se trata de extraer herramientas de la vida para aplicarlo en lo espiritual. No es nada del otro mundo y efectivamente, esto apunta a mejorar el rendimiento del alma y por lo tanto, la amistad con Dios. No lo veo como una apropiación de la conciencia.

Otra parte de la nota afirma que una vez le dijeron que "la mujer es para los hombres sinónimo de pecado y en el hombre es para las mujeres el mismo diablo".

No es algo que se corrobore con la realidad. Justamente las familias que son de la Obra (supernumerarios, se llaman así) son muy conocidas porque tienen muchos hijos y el tipo de relación que hay entre ellos es excelente, en general. Entiendo la intención de hacer esa afirmación, pero lamentablemente no se corrobora con la realidad, sino que todo lo contrario. Por otra parte, a mí jamás me dijeron eso cuando iba a las charlas, sino que todo lo contrario: me enseñaron a amar a una mujer en su integralidad y aprendí vidas de santas, como Santa Rosa de Lima, que son ejemplos de mujer. Además la Virgen María está muy presente en la Obra.

En la obra, Vicente es atraído a la orden guiado con engaños, primero le invitan a jugar unos partidos de fútbol, luego charlas sobre música rock, más tarde a tomar unas cervezas y luego, poco a poco, empiezan las charlas espirituales y le dicen "tú eres el elegido". "Eso me pasó a mí cuando tenía 16 años, de pronto sin darme cuenta, ya estaba pasando por infinidad de horrores como amarrarme en las piernas unos collares con puyas (cilicio) hacia adentro para pagar mis pecados y ganarme el cielo".

Lo de la tortura y todo eso me cuesta imaginarlo. Es verdad que en algunos casos intentan plantearte la idea de formar parte de la Obra. En mi caso, al principio iba a las "meditaciones" charlas de oración y formación, cada viernes. Después, cada año hacíamos el retiro (ellos le llaman Curso de Retiro) y luego, ayudar a las catequesis rural. Por ahí un partido de fútbol o salida.

Una vez, un numerario llamado Juan, me propuso analizar la posibilidad de entrar en la Obra como numerario. No me dijo "tu eres el elegido". Me dijo que intentara escuchar a Dios para saber si me estaba pidiendo eso. El padre Aníbal (periodista recibido en la Complutense de Madrid) me sugirió que antes de tomar esa decisión llevara el Plan de Vida durante un mes, para ir viendo si se producía el llamado a esa vocación de laico consagrado. Recuerdo que fui a Misa tres días seguidos y el cuarto día ya no pude más. Me costó muchísimo. El mismo padre Aníbal fue quien me sugirió que dejara de un lado el Plan de Vida y que quizá mi vocación no era la de laico consagrado. En más, me dio una mano: me animó a que siguiera la carrera de Comunicación
Social. Me facilitó el contacto con la Universidad Austral, de Buenos Aires (que pertenece a la española de Navarra, considerada una de las mejores del mundo en habla hispana) y al año siguiente me fui a estudiar comunicación social a la Austral, con media beca. Sinceramente ese cura uruguayo me salvó la vida y aún hoy se lo agradezco.

Ya que nombré la Austral, esa universidad tiene algo que ver con el Opus Dei, también, en cuanto a la formación religiosa. La pregunta es ¿qué te metieron en la cabeza?

Te cuento que de toda mi promoción sólo uno es del Opus. El resto, gente común y corriente. De hecho que mi compañero de estudios fue un judío gay (y eso que hasta ese momento me costaba entender a un homosexual). Jamás tuve una hora libre en esa universidad, una experiencia creo yo que aún no se ha visto aquí en Mendoza, que por más privada que sea una universidad siempre hay horas libres. Además no leíamos Cristo Hoy: Página 12 era uno de los diarios de cabecera. Cualquier cosa lo podía charlar con cualquier autoridad y lo que sentí (o sentimos) muchas veces fue discriminación del mismo ambiente periodístico, que no se abría con nosotros. Un caso fue Jorge Lanata, que aún estando en Página 12, se resistió a visitarnos por tratarse de una universidad del Opus. Con el tiempo la sociedad fue conociendo a la Austral y eso ya cambió. Seguramente por ese prejuicio construido por las noticias que para nosotros son noticias, como les comentaba al principio de este post.

¿Qué le puedo criticar al Opus? En sí a la institución, nada. Aunque con el tiempo me di cuenta de que a mi me faltaba "sentir" más a Dios y como que la Obra no me facilitaba eso, como sí lo viví después en los encuentros que participé de Focolares. Creo que los carismáticos son los que más viven el sentimiento de la fe. Por otra parte noté que siempre predominaba una "formalidad" del cual nunca encajé. Es como que si sos un poco Peter Capussoto, lo sos toda la vida, y me parece que la obra tiene que trabajar en eso de cómo acompañar a un informal "Peter Capussoto", como lo somos muchos de nosotros . También vi -y esa es una gran duda- que pareciera que todos los del Opus son porteños, o mejor dicho, hablan como porteños. Creo que en el fondo la intención es ser educados y sueltos en el lenguaje. Por ahí lo negativo de hablar a lo porteño relajado es que se pierde un poco de credibilidad cuando lo que se muestra es una personalidad que pareciera que "está todo siempre bien". Yo creo que si te mostrás tal cual sos, con los golpes de la vida y también con las batallas ganadas, terminás siendo más creíble. Pero bueno, esto último es algo que corresponde a mi opinión. En el fondo, lo que ellos hacen es ofrecérselo a Dios y ponen toda su vida (o todo lo más feo de la vida de uno) en sus manos, por lo que esos rostros de satisfacción, de que "siempre estoy bien" lo que intenta es demostrar que se tiene fe y confianza plena en Dios. Yo nunca pude ni tampoco quise ser así. Por ahí cuando agarro la guitarra y compongo una canción, muy difícilmente escriba algo que demuestre que "está todo bien". En los vaivenes anímicos, como lo es "Viernes 3.00 AM" de Charly, también está la belleza, como también lo está en el rostro sufriente de Jesús.

Más allá de que todo este palabrerío surge porque así lo he vivido yo en mi experiencia en medios mendocinos, también reconozco que las ideologías sacan provecho del mensaje de Jesús de poner la otra mejilla, en lugar del "ojo por ojo, diente por diente", que siguen a regla otras religiones. Para mí es lamentable ver enemigos de la Iglesia, que no son muchos, pero más lamentable es ver a los tibios-católicos-para-cuidar-la-imagen que terminan siendo idiotas útiles de los anteriores.

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