miércoles, 18 de junio de 2008

Vivir sin choco

En casi todos los departamentos del Centro de Mendoza no se puede vivir con chocos, así vivás en un semipiso. Para no deprimir a los que nos criamos con bichos, el premio consuelo es la visa otorgada por los consorcios para los gatos y canarios.

Aunque suene incómodo quizá no está tan mal. Veamos:

1) Escasean las "esquinas baldíos" para que el choco haga sus necesidades (mirándote a la cara, como suelen hacerlo).

2) Gran parte de los árboles están del lado de las acequias, por lo se tendrían que fabricar pequeños puentes para que puedan levantar la patita.

3) Existen MenInGreen cuidando los coches. Esto impide que también cualquier neumático se convierta en arbolito, aunque de igual modo ésto aún no se considera como un obstáculo para ellos.

4) Los chocos no saben apretar los botones del ascensor y mucho menos, abrir y cerrar las puertas plegadizas de los mismos. Grave problema si quieren "cortarse solos".

5) Los chocos se sentirían muy incómodos si cuando el suena el timbre se dan cuenta de que tienen que bajar ocho pisos para llegar hasta la puerta del edificio y recién allí oler por debajo de la puerta al visitante que arriba. Se ha comprobado que los chocos finolis de cincuentonas en departamentos suelen hacerse los zonzos cuando suena un timbre: se meten debajo de la almohada paqueta del living y hacen el papel de estar atravesando el quinto sueño.

6) ¿Te imaginás a un choco ladrando en el balcón de un edificio? Sin dudas que sería un choco despistado porque no hay calles por donde pasen carretas, bicicletas o chocos adversarios. La única que le queda es ladrarle al choco que vive dos pisos arriba: muy difícil, ni un iPhone lograría establecer un contacto genuino entre los dos bichos.

7) Dejaste la puerta abierta y el choco salió a la calle. Sonaste. Se perdió. No es como en un barrio, donde lo podés buscar en bicicleta en los lugares donde sabés que puede llegar a estar. El Centro es un lío. Y en horario pico, peor.

Más allá de estas hipótesis excusatorias, muchos ya nos hemos acostumbrados a vivir sin chocos: nada mejor (o peor) que una leoncita de peluche que haga el papel de "mascota imaginaria" (en mi perra vida pensé que iba a llegar a ésto)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que grande !!! yo tambien vivo en un departamento en el centro y sufro por no poder compartirlo con un perro, que seguramente me alegraria un poco mas la vida.
Habria que hacer una campaña en contra de la discriminacion a los perros en los edificios.