viernes, 27 de junio de 2008

Porno free en el Kiosco

Esta mañana venía caminando por Colón. Iba a autorizar una consulta con el odontólogo en OSEP. En la vereda de la clínica Aconcagüa, una mujer empezaba a llorar y abrazaba a otra, más grande de edad que ella (como si le acabara de decir "lamentablemente murió"). Veinte metros adelante, dos chicas onda hippie, con las miradas desviadas (como si aún estuvieran afectadas por la resaca psicodélica) entraron como si no quisieran entrar a un negocio que vende ropa interior. Apenas entraron salía una señorita embarazada, con una mirada pura e infantil que parecía decir que "se viene lo que siempre quise vivir de la vida". Hice zapping en mi cabeza, pero los botoncitos de goma del control remoto se fueron a tomar una cerveza en la esquina por un rato: lo único que tenía adentro de mi era un marcapasos con un sonido cuadrafónico de separador de MTV (es decir, un videoclip transparente y ruidoso).

Frente a Jesuita, donde empieza o termina Colón, en la vereda del correo, hay un quiosco (quería ver la tapa de los diarios). Busco (searching) y mis ojos caen en picada a la portada de una revista PlayBoy. Cuando era chico, en los 80, esas revistas venían con una faja negra. Ahora la mina en pelotas no se daba cuenta de que la estaba mirando. Cuando levanté la cabeza vi a un par de chiquillos con guardapolvo blanco y la conciencia me tiró un mensaje claro: decile al kiosquero que esa revista está a la vista de los niños.

_ Mirá, te quería decir una cosa. ¿Viste esa PlayBoy? Mirá, fijate que muchos chicos pasan por acá, ¿entendés?
_ Sí, y ¿qué pasa?
_ Pasa que...vos sabés que esas revistas no son para menores. Además, cualquier webón que quiera esa revista ya sabe cómo es. No es necesario colocarlo tan a la vista de los chicos. No sé si me entendés.

No es que no me entendió: digamos que me entendió y se-re-hizo el huevón. Pero llegué a notar que el mensaje de mi conciencia pegó un salto y cayó clavado en su conciencia.

Recuerdo que una tarde se juntaron unas amigas de mi mujer, todas trabajadoras sociales, y hablaban de un caso de violación en Las Heras. Una de ellas había dicho que a los violadores esas revistas de minas en pelotas lo carburan todo el tiempo en la mente y la consecuencia lo termina pagando una víctima inocente.

Cuando planteo este tema con amigos y profesionales veo que me encasillan en un tipo de mentalidad o ideología que por condenar a la pornografía pareciera estar enfermo de muerte y condenado a la falta de validez. Todo porque las ideologías saben justificar bien lo que muchas veces la conciencia te dice que no está bien.

El problema es que la ideología siempre termina chocando con la realidad y allí aparecen los resultados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me jode ...qe losquioscos hagan eso...si vinieran revistas de hombres mostrando el pene ...pondrian esas revistan tan alas vista???

Anónimo dijo...

aparte tenes razon en qe pasan menores y es loq primero qe ven...(mas alla de qe algunos son diablillos y les gusta)...pero se re zarpan...los kiosqeros...este mundo machista me tiene bastante cansada . y nada puedo hacer,,,

pero me parece bien qe aunqe sea un hombre tome conciencia de algunas cosas...

el porno vende , pero tendrian qe ser mas discretos para venderlos...y si la mayoria de los hombres no le ven nada de malo qe todas esas muestren el cul... en donde sea...son lamayoria machistas qe estereotipan a la mujer y qe desean qe sus novias y esposa sean asi como esas modelos o vedettes.