viernes, 16 de mayo de 2008

Sensaciones

Año 1983. Tenía 13 años. Seguía siendo niño. Cada verano íbamos de vacaciones a San Rafael, a la casa que era de mi abuelo, en El Toledano. Pero ahora veníamos por la Ruta 40. Un día de sol desértico de aquellos eneros sin lluvias, pre-cambio climático. Pasamos La Consulta. En la línea del horizonte, mirando hacia adelante, en la conclusión óptica de la ruta, se advierte una pequeña multitud en el camino. Un minuto después se ve algo mejor, pero no lo suficiente para saber qué era. Sesenta segundos después empezó a destacarse una luz roja de sirena. "Seguro que alguien se mató", dijo atrevidamente mi hermano de 18 años. Tenía razón.

Al llegar a ese tramo de la ruta cortada del lado que iba de Mendoza a San Rafael bajamos la velocidad de 40 a 20. Todos miramos. Una ambulancia, dos médicos y/o enfermeros revisando el cuerpo de un niño, una bicicleta rota, dos coches policías y unos quince ruteros curioseando. Me quedó pegado el rostro pálido del cadáver. Pensé para mí mismo "yo estoy viviendo y este tipo -a esa edad, también le decía "tipo" o "tipa" a los niños o niñas- no vive nada", pero no de un modo tan informativo, como se muestra, sino desde un arraigue existencial y espiritual que me condujo a formular 200 por qués en un minuto. Y en el fondo deseé no vivir jamás un momento como ése.

A las 20 de ayer, en Montevideo y Mitre, una ambulancia levantaba el cuerpo de un ciclista que estaba con vida, pero se mostraba inmóvil. Lo vi, llamé al diario para avisar y seguí caminando. La semana anterior también vi cómo el cuerpo de un motociclista, que parecía sin vida, era conducido hacia la ambulancia, y recordé que hace no mucho tiempo, un coche se llevó por delante a una moto en Salta y Vicente Zapata, ahí nomás de la Costanera.

Vengo de estar manejando una hora en Ciudad y Guaymallén y anoté dos motos que cruzaron en rojo "violento" (o sea, sin animarse a frenar un poco) y también dos coches que muy panchos se pasaron en rojo. Y recordé una familia entera mendocina que (creo que fue hace dos veranos) murió cuando llegaba de vacaciones de la costa atlántica, en la Ruta 7, justo antes del inicio del Acceso Este. Una familia entera muerta.

Como somos libres, parece, eso es lo que queremos (¿da la sensación de que es así, no?.

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