miércoles, 28 de mayo de 2008

Empleadas de nadie

No es un estreno de PolKa. Antes de que salga por televisión podríamos rescatar algunas historias reales ocurridas, por supuesto, en Mendoza.

Caso 1: “No puedo trabajar sin ruido”

Leónidas Aguirre y Rodríguez. Mediodía de un día de semana. Pilo es el dueño de la casa y toda su familia trabaja, así que la empleada se queda sola, limpiando, gran parte de la jornada. Pilo entra a la casa, se dirige al comedor (que está vacío) y apaga el televisor. "No es la primera vez que me encuentro con el televisor prendido". Y va a preguntarle a la empleada.

_ Juanita, ¿usted está viendo televisión?

_ No señor

_ Bueno, cuando vea que el televisor está prendido y no hay nadie viendo, apáguelo, por favor.

_ No señor, no puedo trabajar sin el televisor prendido.

_ Entiendo, por eso le estoy diciendo que lo apague cuando nadie esté mirando.

_ No señor, yo trabajo siempre con el televisor prendido, aunque no esté en el comedor.

_ Bueno, le pido que lo apague cuando no esté en el comedor.

_ ¡ No señor, yo no puedo trabajar sin escuchar ruido, por lo tanto si no me deja trabajar con el televisor prendido todo el tiempo, entonces me voy ya! ¡Renuncio: chau!

Y se fue (por Leónidas Aguirre hacia el centro). No volvió más (tenía razón Umberto Eco cuando definió a ese fenómeno como televisor rellena agujeros).

Caso 2: “No puedo lavar los baños porque tengo las uñas pintadas de blanco”

Calle Palero llegando a Olegario V. Andrade, a la vuelta de la sanguchería. Llega la empleada y cuidadora de niños a su domicilio de trabajo, un departamentito de un ambiente, situado en un complejo chico y moderno.

_ ¿Como anda Juanita Segunda (pongámosle ese nombre)?

_ Muy bien, señorita Mariana.

_ Bueno, hoy le toca limpiar el baño.

Juanita Segunda frunció el entrecejo (como se dice en los libros).

_ ¡El baño, ay no! ¿por qué no simplemente barrer el piso o pasarle un paño a los sillones?

_Eso ya lo hice yo. Por hoy sólo necesito que me limpie el baño.

_ Está bien, ¿con qué lo voy a limpiar?

_ Allí tiene lavandina.

_ ¡Ay no! ¡lavandina no! Yo estoy acostumbrada a trabajar con Cif.

_ No tengo Cif, sólo tengo lavandina. Así lo he limpiado yo las veces que lo he hecho, Juanita Segunda.

_ No señorita Mariana, mire cómo tengo las uñas (recién pintadas de blanco, según me contó Mariana), yo no voy a limpiar el baño con estas hermosas uñas, mejor me voy y que usted se busque a otra empleada.

Y también se fue. O sea, se fue. Si lo leyó algún guionista de Suar, que vaya tomando nota.

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