viernes, 5 de noviembre de 2010

La musiquita

“Apaguen el lavarropas”, les digo en clase y la bobada responde con risas: “Jo, jo, jo, el profesor dijo que escuchamos el lavarropas, jo, jo”. Maldita cumbia. La rectora escuchó un poco y no pudo filtrar las palabras porro, que se repetían en cada estrofa de esas canciones difíciles de detectar estrofas o estribillos. Argentina es el país latinoamericano que más consume cocaína, como lo cuenta esa musiquita (a través de historias de miserables vidas). Y suena en el celular. Escribo un ejercicio en el pizarrón y otra vez el lavarropas. Me doy vuelta y se apaga. Está prohibido, pero hay que romper las reglas para ser adolescente. Lo que me gustaba hacer a mi hace algunos años (algunos no, como 20, ¡vamos Mario!) ahora me repugna que me lo hagan a mi. Y sigue la musiquita.

             Ahora estoy escuchando la radio online “80 Nacional” de Cienradios.com.ar. Dentro del paquete de radios online de esa web es la que más se escucha. Por suerte, dentro de su paquetón –que incluye a Calamaro, Soda, Charly, The Police, Pink Floyd, lo mejor de los 70 y no sé cuántos más- no incluye una radio online que suene semejante a un lavarropas (concretamente, no hay cumbias villeras ni nada de eso).

              El domingo pasado la Mona Jiménez se despidió de Mendoza para siempre en la cancha del Lobo del Parque. Fue gente, sí, es cierto. Pero es la Mona Jiménez. ¿Y el Videlazo que se hacía en el estadio? Por suerte que “se hacía”. En fin, a lo que voy es que la música….


http://www.infojardin.com/foro/showthread.php?t=122241&page=2
… en la escuela ahora soy un docente-contenedor de alumnos con conflictos familiares. ¿La cumbia de mierda no es más o menos lo mismo? Música que contiene haciendo recordar a la persona lo peor de sí misma: que el porro y el porro. Nunca nada que alimente el corazón, los ideales y el alma. Sólo esa cosa prohibida que termina quitándote la vida al largo plazo (si es que el que lo consume es moderado).

En los 80 y los 90 la música leía el alma y te pintaba el momento más felíz que querías vivir en la vida. A tal punto fue mi caso que tuve la suerte de armar dos bandas de rock, La Tripa en Buenos Aires y La Cachorra en Mendoza. Y parecía que el hecho de tocar un tema propio en una banda se aproximaba a lo que más quería en la vida. No sé por qué lo sentía así pero lo que estaba comunicando con esas canciones tenía mucho que ver conmigo, con esas cosas que justamente no logro comunicarlas con palabras, pero que sé que son cosas buenas y comunes a todos.

¡Y ahí está la diferencia: música vs….musiquita! Soñar porque es posible vs no soñar porque todo huele a cementerio. Soñar porque me esperan muchos años de amar y recibir amor vs soñar con nada porque hoy la sociedad te lo sirve todo en bandeja, inclusive la tentativa oferta de no hacer nada porque siempre porque nada vale la pena.

La música te puede llevar a lo más alta y eso sí que uno se da cuenta. Pero la música también puede decirte lo chato que estás y eso sí que uno no se da cuenta.

La música es el alma. La musiquita es apenas una descripción del cuerpo. Ahí está la diferencia.

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