domingo, 24 de agosto de 2008

Morir por los demás

"Amar, amar, morir por los demás y así vivir", decía una canción en misa. A las 12 colgué en el último momento la noticia sobre el crimen en la Cuarta Sección. Pasadas las 17.30 me entero de la muerte del cura Contreras. Y lo primero que sentí fue un vínculo de lo que fue la vida de Contreras y la respuesta a la gran pregunta que todos nos hacemos: ¿para qué vivo yo? ¿qué sentido tiene la vida, y más hoy con la inseguridad y el consumismo? La respuesta la encontré en ese fragmento de la canción que inicia este párrafo. ¿Y cuál es esa respuesta? Es la siguiente: vivir por los demás, olvidarse de uno mismo, y todo por Amor, pero no un amor sentimental idealista, sino que un amor concretado en acciones, en hechos.

Tengo la sensación de que el cura Contreras no murió pobre, sino más bien todo lo contrario. Es lo mismo que se siente cuando uno empieza a cosechar tras haber trabajado toda la vida para enriquecer el corazón de los demás. Si todos los que hoy viven confundidos y desesperados entendieran este mensaje podríamos hacer un diario con menos noticias policiales. Reconozco que es tan difícil como imposible hacerlo, porque no seamos hipócritas: esto de vivir para los demás no lo hace nadie que tenga hoy trascendencia en los medios. Pero el sólo hecho de pensar en esta posibilidad me tranquiliza y me hace sentir paz.

Me da la impresión de que darlo todo y vivir para otros (y no vivir "de" otros) es la fórmula más completa de la vida. Pero qué difícil, ¿no? (pero en el fondo qué bueno, porque hay que estar realmente loco para hacerlo).

No hay comentarios: