viernes, 2 de mayo de 2008

Alfagol

"¡Qué malolto!", repetía un personaje de la radio llamado como esa expresión, que yo interpreté en programas de la vieja Emisora del Sol y de las FM Rock & Pop y UTN. Aprender el modo de hablar de los chinos no fue difícil: desde la infancia escuchaba los chistes gallegos, de Jaimito, los de "mamá, mamá, ¿el inodoro da vueltas? (entonces me hice en el secarropas" y otros por el estilo, en el que siempre estaban los chistes de chinos. El más famoso fue ¿cómo se dice 99 en chino? (todos lo saben: cachichen).

Algo que nunca analicé con profundidad de estos chistes chinos fue el hecho de que ese idioma tuviera dos consonantes: la primera letra consonante de cualquier palabra y la "L". Hablar en chino básico consistía en meterle la "L" en todas las palabras y así lo hacía el personaje Malolto.

Esta mañana descubrí que lo de la "L" no es un invento criollo para reírnos de los orientales.

Todo fue cuando mi mujer apareció en el mercadito chino situado en San Juan, entre Lavalle y Buenos Aires, a la vuelta del IPV. Ella traía un alfajor Ser. En la caja, la mujer que sacaba las cuentas -siempre le decimos que son chinos, pero en realidad hay más coreanos que chinos allí- pasó ese alfajor de estuche verde por el lector del código de barras. Apenas la máquina leyó ese producto lo que apareció en el monitor de esa caja me hizo retrotraer a los tiempos que inicia el relato de este post: "Alfajol SER..... $1,50".

Lo de la "L" nunca fue un chiste, parece mentira.

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