viernes, 23 de mayo de 2008

12,60 no es 12,06

En Colón pasando Chile hay un super chino que para los vecinos de la Primera Sección significa una catársis a la hora de comprar cosas que siempre van a ser caras en el Norte, Carrefour o como se llame ahora. Es el caso del aceite de oliva: en el chino lo tenés a 4,99. En el super, desde 14,99 para arriba.

El momento más contable es el que se produce cuando Occidente y Oriente confluye en la Caja a una velocidad que excede en mucho más al máximo permitido por ley.

_ Gañldsfaoenaoewinsado doce cero seis _ lanzó el cajero (dueño del local) a velocidad de secarropa en centrifugado.

_ Aquí tiene: diez pesos + dos pesos + diez centavos.

_ ¡¡¡oyhaaahaaleslasdifejawo akí decir doce con sesenta!!!_, lo afirmó con una misteriosa contundencia y agresividad serena.

_ ¿Ah, doce con sesenta? (así decía la letrita verde del cajero electrónico). Tome _

Como no tenía el cambio justo, le di quince pesos.

El cajero agarró el dinero, hizo una rápida cuenta (me estaba debiendo dos pesos con cuarenta centavos), sacó dos pesos y...

_ Haodfamnwopnasldn pvoaisjdcoawet yukón_

Y metió cuatro caramelos en la bolsita con la compra.

_ Mmmmme están faltando los cuarenta centavos, dije sabiendo que en el fondo ya me estaba tomando de estúpido.

No fue necesario que me indicara que esos caramelitos representaban a esas cuatro moneditas, que no te sirven para echarlas al Barmatic, pero igual sirven (si sacás la suma).

_ Chau

_ Ioúunnnn!! (chau, a la velocidad del sonido).

Me han contado que escenas como éstas también se viven en otros super chinos.

La verdad, ¿por qué se hacen argentinos copiando lo peor de los argentinos?

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