lunes, 5 de enero de 2009

¿Por qué cuando nos juntamos hay comida para alimentar a toda la barra brava de Boca?

Como dice Diana Antúnez en su excelente blog, Mujer tenías que ser, el título de este blog sin los signos interrogantes expresa lo que ocurre en muchos lugares de encuentros mendocinos. ¿Por qué sucede ésto?

Algunas razones son:

Yo como, pero que no se note. Marta corta todo el Mantecol. Inés mete dos bolsas enteras de garrapiñadas en dos bols. Jimena fracciona dos panes dulces y lo sirve en tres platos. Son tresparejas. Hace una hora y media, todos brindaron por el año nuevo con sus respectivas familias. ¿Para qué tanta comida?, le preguntó Deolinda a Marta. "Yo no comí", fue la respuesta seca de esta última. Al final, nadie comió mantecol y pan dulce. Sólo dos Fresa Fizz (para cumplir el rito del brindis). Nada más. Todos llegamos a la casa de Inés con la panza llena. No creo que esta experiencia vivida en la madrugada del 1 de enero sólo haya sucedido en la casa de Inés. 

Un psicólogo sincero diría que efectivamente Marta quizá comió bastante más. El negocio redondo fue que "me morfé todo y nadie se dio cuenta".  ¿Cuántas personas en Mendoza llenan los platos de comida para hacer ésto?

"Fue un bodrio...porque no había comida". Mi suegra, que se crió en Montecomán, una vez me dijo que un cumpleaños es malo cuando no hay comida. Quizá en épocas de vacas piponas este duro dictamen se justificaba. Pero la realidad es que pareciera que las vacas flacas aún no saben que pueden disimular una crisis de época si se alimentaran en algún cumpleaños, fiesta de quince, casamiento u otra reunión familiar. Esta es la verdad: siempre hay comida (como dice Diana, para alimentar a toda la barra brava de Boca). Pero el dictamen de la suegra viene de hace muchos años y puede que aún prevalezca en nuestro ADN el miedo a fracasar por no poner los alimentos que excedan una orgía romana sobre las mesas.

Status morfi. Podés estar en ruina y "endeudado hasta el poto"(como decimos acá), pero si llenás la mesa de papas fritas, empanadas interminables y sanguchitos fashion envueltos from panadería o rotisería 9 de Julio, hasta los más íntimos que están haciendo una vaquita para cancelar tu deuda externa por un lapsus de tiempo creerán que la estás pasando tan de maravilla que el próximo cumpleaños de tu hijo lo vas a celebrar en Disney World, así sea con los dos mangos que gane tu mujer como vendedora debutante de Mary Kay. ¿Cuál es la fórmula para disimular el mal estatus social y económico que vivís? Una sonrisa exitosa + la mesa llena de comida hasta el infinito.

Todos traen y todo sobra. Quizá los mendocinos llenamos la mesa de comida porque, como dijo José Luis Verderico, jefe de noticias de UNO, "todos traen comida para todos" cuando tendría que ser para cada uno. Sencillo y directo. Si en casa somos dos, ¿por qué hago comida para 25? Si esta pregunta la formulan los 25 invitados, saquemos la cuenta: 25 x 25 =  625. Es decir que lo que tendría que ser para 25 personas termina siendo para 625. Pasa.

"Tenés que comer porque estás muy flaco". En algunas reuniones familiares o cumpleaños pipones pasa que aparece una tía que sólo hablaste con ella cuando diste la primera comunión. Al encontrártela, ella parece saber mucho más de vos, de lo que vos mismo creías. Es que ella anteriormente pasó horas y horas repasando tu vida (¡sin que vos supieras!) con alguna otra tía que quizá tampoco te conoce, pero sí a tu mamá o tu abuela. Entonces, en la reunión familiar ella irrumpe como si vos le hubieras pagado una consulta médica y sin términos medios te dice: "seguís siendo igual a tu papá, pero estás muy flaco y sos muy buen mozo. ¿No te querés servir estos sanguchitos deliciosos que hizo la tía Dora? ¡Ay, qué flaco estás! ¡Tenés que estar muy fuerte para que una buena chica se fije en vos!.

Así, uno termina cediendo y esa tía, a quien no volverás a ver en los próximos 200 años, habrá logrado su cometido de hacer "una obra de bien" por el bien de la familia, así tu peso exceda los 15 kilogramos fuerza.

Comer es la única alegría. Así como siempre aparece una tía o tía abuela con la receta en la mano para que retires gratis ocho empanadas de la mesa, también con estas personas sucede algo extraño: no importa que tu vida merezca un diálogo para buscar consejo o para ponerse al día con la amistad o parentesco. Si el mundo ya se te vino abajo, ella estará muy convencida de que probando la pizza muzzarella cortada en cuadraditos y con trozitos de salchichas todo lo que sucede en tu vida se minimiza al punto de convertirse en algo insignificante. 

Si estudiaste un posgrado y acabás de conseguir un trabajo importante o si lograste un reconocimiento en algo, no esperés que ella se sienta felíz por ello. Mejor probá esa muzzarella cuadriculada con salchichitas y tuco, y para ella te habrás recibido el primer premio en Hardvard. 

De no lugar a lugar. Una reunión familiar puede ser tan grande y con tantos invitados extrasanguíneos que puede dispersar al punto de que cada uno está en la suya. ¿Cómo lograr que esa megareunión se transforme en una ceremonia más íntima? Paso nº 1: poner una mesa circular medianamente grande en el centro del patio. Paso nº 2: servir allí la comida más cara (si es canapé, te ganaste la noche) y que ese lugar sea un ciclón de mozos llevando bandejas interminables de empanadas infinitas. 

Resultado final 1: se acabó la dispersión. Todos a una mesa. Resultado final 2: algunos de los organizadores estará diciendo "¿viste? todo está saliendo bien" = éxitos. Si uno de los invitados fuera Marc Augé diría que esa reunión, gracias a la mesa circular pipona, empieza a echar raíces de identidad, típico de "un sí lugar".

Anzuelo servido. Muchas mujeres "al borde de", en su función de madres omnipotentes, necesitan probar la masculinidad de sus varoncitos en edad de casarse. Nada mejor que llenar la mesa de todos los comestibles atractivos posibles y decirle a su mocosito: "andá, hay una chica allí que la veo muy bien para vos". Él va. Pero no va al encuentro de ella. Porque si ella está comiendo es porque hay una sola cosa rica para comer allí. No hay lugar para dos (cosas ricas, se entiende). "¿Viste? ¿Qué linda pareja harían, no?", le comenta la madre a la tía lejana que de repente volvió a aparecer. Si ella aprueba el juicio crítico de la mamá del joven no es por lo que dijo en sí, sino porque vio cómo el muchacho se bajaba dos shushis y un vino blanco en cinco segundos.

Pero hay casos en que esa mesa pipona termina siendo la barra del boliche y del encuentro entre esa parejita que cuando apenas se saludan, sus madres -con largavistas en mano y ocultas en la parte trasera de un sillón- empiezan a armar la lista de casamiento.

Chocotest. Cualquier organizador de una reunión familiar teme que sus invitados no tengan un buen recuerdo de lo que hizo. Así que buscan cualquier método que evalúe si todo está saliendo bien. Así como en la reproducción humana existen métodos naturales y métodos artificiales, lo mismo sucede en las reuniones familiares. Y el método natural más barato y exitoso es el "chocotest": 

La realidad es que cuando casi no hay morfi, el choco se queda durmiendo en la cucha: allí el chocotest da negativo. Pero si sobra el morfi, lo vas a  ver al choco dando vueltas permanentemente bajo la mesa y moviendo la cola: resultado positivo. 

Hay que valorar la sinceridad del choco: lo único que quiere es morfar, nada más.

Factor integrador. A veces pasa que tenés que ir al cumpleaños de una amiga de tu mujer y no querés saber nada. O al de esa tía que te va a pedir que te comás todo y tampoco querés aparecer. 

"Mi amor, por lo menos va a haber mucho de comer".

Y con eso ya te convencieron.

Ma qué cumpleaños o reunión: vamos a morfar. Sucede cuando la tribu que uno tiene a su cargo es grande. Esta noche nadie quiere cocinar. Ya fuimos al Blockbuster y la película está en la pieza. Que los chicos aprovechen el cumpleaños para cenar. Y ellos cenan con gusto. Volvemos a casa y ni pasamos por la cocina. Ponemos el DVD. Chau y hasta mañana.
  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En casa a todos nos encanta morfar bien

Anónimo dijo...

Tanta vuelta...?(es ancestral) La comida nos da la satisfacción de q el futuro es prospero. Primitivamente pasamos tanta hambre y tanto trabajo para conseguir alimento que todavía no lo hemos superado y nos recompensamos y agasajamos a los demás con ella. Elemental mi querido....